Mapas de subconciencias es la novena muestra personal de Octavio Irving cuyo propósito principal fue “poner al tanto al público cubano de la producción artística más reciente del creador, mostrando además su faceta de dibujante y las problemáticas que lo aquejan” (Crespo, 2015). La exposición tuvo a lugar entre el 24 de septiembre y el 23 de octubre de 2015 en la Sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), sita en el municipio Plaza de la Revolución de La Habana.
“La finitud de (esta) existencia representa para Irving un motivo de desvelo, le produce ansiedad y, por tal razón, la canaliza en su proceso creativo. Lo zoomorfo le sirve de recurso, por ello no es fortuito que cabezas humanas, aves genéricas y conejos demoníacos sean sus protagonistas. La costumbre hace al monje, reza un viejo refrán, de ahí que la figura yaciente del ave rememore la distribución espacial de los botes que lo perseguían cuando fuese ganador de La joven estampa, allá por el año 2007. Sin contar la obsesión –legada por el grabado- por los elementos modulares, serialidad que desde el dibujo nos lleva al cuestionamiento de si realmente en lo único radica lo original” (Crespo, 2015, palabras para el catálogo).
En esta breve y contundente exposición, el artista nos invitó a reflexionar sobre la condición humana y su esencia animal. “Formalmente existe una unidad cromática en la muestra, dada a partir de los tonos rojos, ocres y los valores negros. El uso del chorreado imprime un sello bastante peculiar a la vez que simula desgaste, derretimiento, extinción (¿de la especie humana quizás?). Los trazos y pinceladas son fuertes y las obras van desde el pequeño hasta el gran formato, así como los soportes oscilan entre el papel y el lienzo” (Crespo, 2015).Con cinco obras de gran formato, Irving nos propuso acercarnos a la complejidad de lo oculto y lo subyacente que configura y da sentido a la vida.